Cuaderno de viaje de Laureano Estévez De La Mayor – Atenas, Grecia

Llegar a Grecia es una invitación a viajar a través del tiempo a la cuna del arte, el teatro, la democracia y la filosofía. Todo está marcado por la luz y el azul del Mediterráneo, retsina -ese suave y delicioso vino ambarino- y pescado fresco. Sin entrar en problem2007-06-11_0025_Greece - Athensas políticos y económicos, mi impresión fugaz del país helénico es que “hay dos Grecias”: la Atenas de los disturbios, cuya fachada del parlamento se cae a pedazos de desidia. Una ciudad que, excepto lo más turístico (la Acrópolis y Plaka), se destaca por su suciedad y decadencia. La “otra Grecia”, las islas, son deliciosas y cuidadas, como si de otro mundo se tratara, viviendo por y para el turismo. Ambas son las dos caras de la moneda griega. Del aeropuerto al centro de la capital griega hay un tren moderno y cómodo en el que viajé hasta la Plaza Omonia. La primera impresión no fue nada alentadora: una plaza sucia y atestada de gente con los ojos perdidos y fumando porro a plena luz del día. Algunos se acercaban a hablarme, pedir dinero o tabaco.

La visita a la Atenas histórica se centra en una rememoración de la Grecia antigua. Alejandro Magno, Homero o Platón, todas esas cosas de los increibles personajes que estudié en el liceo en historia del arte ahora estaban ahí. En Grecia a la gente le gusta conversar, es curiosa, abierta y muy comunicativa. Todo pasa en la calle. La calle es el lugar elegido para conversar sobre los acontecimientos del día. Me llamó la atención como 400_1223127722_img1422las mujeres aprovechan la sombra de algún portal o un árbol para ponerse al día mientras los hombres suelen acudir a las tabernas para hacer exactamente lo mismo. Sobre una colina de la ciudad está la Acrópolis con el Partenón, ese edificio dedicado a la diosa Atena que tantas veces vimos en los libros, construido en el año 450 a.c. Está repleto de estatuas y de figuras en sus muros que representan toda clase de escenas de la mitología griega. Junto a la Acrópolis y donde aún se representan obras, está el Foro, en el que no queda nada salvo un pequeño templo, y el Museo Nacional. Claro, viajé a Grecia y resulta que las cosas más importantes de esta cultura no están allí: los frisos del Partenón (British Museum), la Venus de Milo o la espectacular Victoria de Samotracia (Louvre), por citar sólo algunos.

El barrio de Plaka es el barrio más antiguo de Atenas. Se conoce como el «barrio de los dioses» por su cercanía a la Acrópolis y el especial ambiente de sus estrechas calles enlosadas repletas de tiendas, restaurantes y bares al aire libre. Es hermoso caminar por sus calles y callejuelas laberínticas y 2007-06-11_0032_Greece - Athenspintorescas, con escaleras y plazas pequeñas. Para cenar me fui acercando al barrio Monastiraki, uno de los barrios más característicos de la antigua Atenas con calles angostas y plazas asimétricas y con su plaza histórica donde se encuentra la Mezquita Tzistarakis, la estación de metro de Monastiraki, la biblioteca de Adriano y la Basílica bizantina de Pantánasa. Hay muchos platos típicos pero me pedí una Moussaka en una terracita repleta de turistas y gente local, todos mezclados.

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