Cubo de Rubik: historia de un clásico

El cubo de Rubik es una creación de Erno Rubik, un escultor, arquitecto y diseñador nacido en la ciudad de Budapest, Hungría. Su objetivo, lejos del entretenimiento, era ayudar a sus alumnos de la facultad de Arquitectura a adquirir mayor y mejor perspectiva visual en 3 dimensiones. Así, en el año 1974, ideó un cubo de una pieza divido en distintas partes que se movían alrededor de un eje central. Si bien, parece
poco conocido que en 1960 William Gustafson había patentado en Estados Unidos un juguete similar. El número de patentes sobre el invento es numeroso, pues un ciudadano japonés, llamado Terutoshi Ishigehizo, hizo lo propio en 1976.
Gene Cooperman y Dan Kunkle, de la Universidad Northeastern de Boston, tras año y medio de trabajo, demostraron que el cubo puede ser completado con veintiséis movimientos.

Se calcula que entre los años 1980 y 1984 se vendieron unos cien millones de “cubos mágicos”, “cubos húngaros” o “cubos de Rubik”, como fue conocido. Ese furor se fue apagando, aunque a día de hoy, aún se celebran concursos en los que se premia a los concursantes que, de forma más rápida, consiguen completar todas las caras con el mismo color.
Victor Toth, un 4 de enero de 1980, batió el primer record mundial en finalizar todas las caras del cubo de Rubik en 55 segundos.