por
el
Categoría
Link

El cambio creativo – Una oportunidad para la generación de buenas ideas

Todo el mundo quiere ser creativo, o al menos lo intenta. Realmente cualquiera podría serlo; esto haría de la vida una diversión permanente, le daría un toque de interés constante frente a la rutina y, por lo menos nos aproximaría un poco más a ese estado de felicidad tan deseado pero tan esquivo. Uno de los mitos, es que la creatividad está asociada a personas con una personalidad o un genio especial, de hecho, en cierta manera, depende de la inteligencia, del talento y de la experiencia de un individuo. Pero también depende de nuestra inclinación a asumir riesgos o a la capacidad de ver los problemas desde otras perspectivas. Y esto se puede aprender.

La creatividad es sin lugar a dudas una habilidad que puede revelar un camino para alcanzar el éxito en la mayoría de actos que emprendemos, o por lo menos asegurarnos un acierto después de otro en cualquier campo en el que un profesional se desempeñe. Sin esta condición de creatividad, en la vida solo habría repetición, tradición y estacionalidad. Es por esta razón que se convierte en una opción vital para generar cualquier oportunidad de cambio y transitar un camino distinto a la evolución; dado que gracias a ella, se obtendría un mejoramiento continuo en el crecimiento personal como oportunidad para abrir nuevas direcciones en beneficio del pensamiento o mejor aún reconocer la oportunidad de iniciar el tránsito por rutas inexploradas, pero no infranqueables.

En el mundo contemporáneo, desbordado de toda clase de crisis, la única opción válida y esencial se presenta nuevamente en forma de cambio, o como se denomina en las metodologías de enseñanza para diseñadores en el desarrollo de talleres de experimentación; como un giro total del producto o redireccionamiento del proyecto, sencillamente porque una oportunidad creativa se encuentra a la mano de más personas, aún así, esta particularidad es selecta y no se logra con el sólo hecho de la evolución o la usanza de herramientas tradicionales un tanto agotadas ante la realidad mundial.

Si hoy por hoy, la única diferencia con respecto a la capacidad profesional es la de ser competente, ciertamente se ha elegido una opción muy débil, porque no se pueden emprender acciones para limitar a que la competencia también descubra nuevas ventajas y se vuelva aún más competitiva de lo que suponíamos.

En este orden de ideas, la información es uno de los bienes más preciados que ahora se encuentra al alcance de la mayoría de las personas, y ni qué decir de la tecnología la cual es una habilidad en la que el perfeccionamiento de una técnica proporciona grandes posibilidades en cualquier ámbito, ya que con las mismas ideas probadas y funcionales se puede lograr híbridos innovadores, entones se reconoce que la creatividad es una habilidad que se puede aprender, desarrollar y aplicar en cualquier edad, con o sin limitaciones físicas o mentales, con educación o sin ella, desde la riqueza hasta la pobreza, tan sólo empleando una serie de alternativas, como el pensamiento paralelo o lateral, pero también como un condicionante para actuar bajo una característica desinhibida como complemento de la fórmula incial en donde emprender el cambio significa DESINHIBICIÓN como sinónimo de CREATIVIDAD.

UNA APROXIMACIÓN AL PENSAMIENTO TRADICIONAL Y AL PENSAMIENTO PARALELO

Es posible afirmar que el pensamiento tradicional se preocupa por la búsqueda y el descubrimiento, en tanto que al pensamiento paralelo (o lateral) le interesa el diseño y la creación, este último es un método alternativo que tiene el poder de reemplazar al tradicional. Pensar en paralelo es sencillamente poner unas ideas al lado de otras y para nada existe confrontación entre ellas, no se disputa nada, no hay controversia y mucho menos un juicio de verdadero contra falso. Cuando se piensa en paralelo existe exploración real del tema del cual se derivan conclusiones y se toman decisiones por medio de un proceso de diseño, o como se puede denominar en la actualidad mediante un año diseñístico.

La mayoría de las personas que trabajan en temas de diseño industrial, gráfico, de modas, de interiorismo entre otros, reconocen que siempre se deben poner en paralelo los ejercicios tradicionales de aplicaciones comprobadas, es el caso del clásico: brainstorming o lluvia de ideas, que como opción implementada a nivel de acción creativa sirve para proponer la enésima variación a un problema cualquiera, en donde posiblemente no hay nada de complejidad en su resolución y mucho menos sorpresa, de todas formas existe un cierto mérito en ese enfoque inicial e inocente, en donde el problema radica en que como opción creativa, se puede tomar muy endeble, y como herramienta formal de innovación o de búsqueda de alternativas para la resolución de problemas o como oportunidad de diseño se queda corta en la actualidad.

Es conveniente implementar una oportunidad distinta para la generación de nuevos supuestos que reemplacen a los ejercicios clásicos establecidos para tal fin; en este sentido, tenemos un ejemplo con la lluvia de ideas, el que puede sustituirse por la navegación mental, la que revela un proceso deliberado, pero controlado en donde un cambio de rubro es positivo y no permite ahogarse en un diluvio de posibilidades.

Cuando pensamos en lateral, estamos evidenciando que la creatividad dedicada al cambio de las ideas, es la que orienta nuestro nuevo camino desinhibido y divertido en lugar de enfocarnos solamente en la depuración de ideas con las mismas bases, percepciones y conceptos tradicionales, para intentar lograr un cambio. Aún así, es adecuado sopesar que hay personas más predispuestas a ese cambio que otras. Consideremos que “crear” puede significar traer a la existencia algo que antes no existía, pero que tenga valor y exalte la novedad, entonces se entiende que la creatividad en las ideas se puede aprender y, por supuesto, enseñar de una manera formal, mediante ejercicios, para ayudar a desarrollar los hábitos creativos de la mente y lograr la capacidad de producir nuevas ideas o creaciones.

Aquí cabe destacar que ya no es tan evidente un límite entre habilidad mental y un hábito mental; los dos se fusionan entre sí y obtenemos novedad (como un ejemplo de habilidad mental tenemos que a alguien que escribe una partitura y hábito mental sería quien la interpreta, inevitablemente uno de los dos termina incursionando en el campo del otro solamente con la práctica).

Así que se genera otro cuestionamiento: ¿tenemos la oportunidad de crear?, y una probable respuesta es que a partir de la posibilidad de desinhibición si se logra un estado creativo (del hecho de lograr un hábito nuevo: la creatividad). Es en este camino donde suponemos que la alternativa del puede ser es la clave de la creatividad, para lo cual no existen respuestas equivocadas, sino posibilidades y sin embargo, esta situación no significa que cualquier opción sirva, la respuesta en sí debe satisfacer o cumplir los requisitos planteados en el proceso, en el problema o en la oportunidad de diseño, así que en definitiva se puede adoptar el cambio creativo como un riesgo que vale la pena correr y disfrutar.

Bibliografía recomendada:
De Bono Edward
El Pensamiento Paralelo, Creatividad. 62 ejercicios para desaroollar la mente y El Pensamiento Creativo.
Howard Gardner
Ensayo: Mentes creativas.
D. Borge
El Pequeño Gran Libro del Riesgo.