Tan frágil como un segundo es una película uruguaya del director Santiago Ventura, que llegó a las salas de exhibición montevideanas el pasado 6 de agosto.
Este drama inspirado en hechos reales es la continuación del cortometraje sobre el embarazo adolescente ‘Ya pasó todo’ (2008) y el mediometraje sobre el abuso sexual infantil ‘Hasta que salga el sol’ (2010), que culmina la trilogía con este largometraje sobre la trata de mujeres en Uruguay.
Esta producción nacional fue llevada a cabo y es distribuida por jóvenes y parte del equipo docente de la Escuela de Cine Dodecá.
La película contó con el Patrocinio de la Comisión Nacional del Uruguay para la Unesco, factor de suma importancia para la realización del proyecto, ya que fue el primer apoyo y una buena base para lanzarse a buscar lo que les faltaba para poder financiar un largometraje.
Lucía Pittaluga, una de sus productoras, nos acerca al proceso “Por el tema que aborda la película, fue mucho más difícil que las empresas privadas nos apoyaran por el hecho que su marca apareciera en una película así. Incluso nos pasó de empresas que nos apoyaron pero prefirieron no aparecer en los créditos.
Lo contrario fue lo que nos sucedió con las empresas estatales y ministerios, ya que apoyar la película era comprometerse y asumir la responsabilidad, que es necesaria para combatir de a poco esta problemática. El apoyo estatal también fue muy importante para nosotros. La película fue declarada de interés y apoyada por más de cinco ministerios, lo que nos ayudó mucho a la hora de salir a golpear nuevas puertas”.
La película cuenta con dos valores agregados a destacar. El primero es la corta edad del equipo de trabajo, ya que el director cumplió 23 años mientras filmaban la película y el director de fotografía tenía 20. El resto oscilaba entre los 22 y 27 años aproximadamente.
“Uno va a ver la película y puede gustarle o no, pero la calidad cinematográfica es un elemento a resaltar, teniendo en cuenta las posibilidades de presupuesto, y saber que ese resultado sale de gente que tiene tanto camino por aprender y recorrer que nos da esperanza a futuro”, comenta Lucía orgullosa.
El otro valor agregado es el elenco. Muchos grandes actores apoyaron el proyecto y quisieron participar, entonces no solo los protagonistas son conocidos, sino también los papeles secundarios fueron encarnados por profesionales consagrados como Fernando Dianesi, Álvaro Armand Ugón, Pablo Robles, Belén Baptista y Augusto Mazzarrelli, entre otros.
La película insumió 14 jornadas completas de rodaje, distribuidas en mes y medio, donde se trabajó a pulmón, con lo que conlleva hacer una producción con bajo presupuesto.
Ventura, actual director de la escuela Dodecá, busca romper con los paradigmas de ciertos aspectos de la sociedad, mostrar que este tipo de problemáticas trasciende los contextos y las clases sociales.
“Para Dodecá el cine es una herramienta para visibilizar y concientizar sobre ciertos temas que preocupan en la sociedad, sobre todo a nivel de DDHH”, resalta Pittaluga.
De hecho, en esta historia hay dos protagonistas: Sofía (Vera Navrátil), quien interpreta a una joven de Montevideo, de status social alto y que concurre a un colegio privado, y por el otro lado Julieta (Bernice Perciballe), quien vive en el interior y vive junto a su familia. Ambas son muy diferentes, pero ambas historias tienen elementos comunes.
Lo interesante de la trama es que no sólo se centra en el universo de la trata de mujeres, sino en todos los mundos que lo componen: la importancia del sentimiento de pertenencia y de los referentes en la adolescencia, la falta de información y principalmente de la soledad. Este elemento vuelve paralelas a las historias de Sofía y Julieta, porque más allá de la clase social o los recursos que pueda tener una familia, lo importante es la contención y la compañía, sobre todo en una etapa tan complicada como la adolescencia.
Se hace un énfasis en la realidad de los jóvenes de hoy, donde los valores y el prestigio se encuentran en la exposición, a través de las redes sociales y la espectacularización de las vidas privadas, con el fin de pertenencia.
Es valioso e importante que exista desde los medios de comunicación, la intención de informar acerca de ciertas cuestiones y problemáticas que pueden ayudar a cambiarse desde la educación.
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