“Tú no me buscarías si no me poseyeras” B. Pascal “Pensamientos” Cuando somos conscientes de nuestra ignorancia, cualquiera sea el sujeto, confesamos que existe una pregunta… Lo que no sabemos nos hace preguntarnos siempre lo Otro.
Entonces, sabiendo que el mayor de los conocimientos, paradójicamente, es la pregunta en sí: ¿qué transmite lo que nos preguntamos? Aspectos superexplotados en esta generación virtualizada: el reconocimiento social y la imagen, la publicidad, la comunicación visual; todas las anteriores nuevas simulaciones al ojo humano, la reproductibilidad del “algo”, no solo como la expresión estética de un individuo, sino, además, como el cifrado de conexiones dentro de circuitos eléctricos imperceptibles a la hora de vivir esa virtualidad y capaces de simular muchas realidades. Algo así como la animación de un cadáver, como si el significado real debiera ser sepultado por la letra para poder nombrar lo que ya no está… eso podría ser la virtualidad. Nuestra vida se desarrolla mediante estos procesos, construye la realidad social actual y su decadencia.
El individuo bajo una estimulación constante, necesita de una mayor cantidad y velocidad de información y diversión. El juego como proceso inclusivo para este lenguaje contemporáneo, microrrelatos escondidos en la gestualidad de lo auténtico. Seres dóciles ante el entretenimiento. Mire por ejemplo “The external world” (2010) un corto animado de David O’Reilly. Siendo espectadores de grandes cambios, la inteligencia artificial, sin dudas, es una de las interrogantes a interpretar para entender el mundo de hoy.
