Ámsterdam es una ciudad con un carácter liberal y tranquilo a la vez, lo que la hace muy atractiva, divertida y extrovertida. La mires por donde la mires es hermosa. Tiene una distribución muy especial, la parte antigua son básicamente anillos concéntricos rodeando la Centraal Station y lo lindo es disfrutarla con tranquilidad, perderse en plazas, terrazas, bares, parques, canales y callejuelas. Cuando leí en la guía de viaje que la ciudad está construida en su totalidad sobre columnas no lo podía creer. Imaginate, llena de canales y puentes y todas sus casas sobre pilotes de madera.
Desde el aeropuerto de Schipol hasta la estación central hay un tren directo de tan sólo media hora. Lo primero que ves son cientos de bicicletas todas estacionadas en una especie de puente. Un cartel indica que las que permanezcan más de 28 días serán retiradas. Ni idea como lo saben. Y sin dudas que es el medio de transporte por excelencia, la utiliza todo el mundo, desde un policía hasta un director de un banco.
Me llamó la atención que las bicicletas en general son viejas y en mal estado y se me ocurrió preguntar el motivo: hay casi 500 robos diarios. Caminando por la ciudad empezás a darte cuenta que no hay un sólo edificio derecho. Unas fachadas salen hacia afuera, otras están como curvas. Esos pilotes de madera sobre los que se sostienen desde el siglo XVII se hunden en el suelo pantanoso. Cuando subí al segundo piso de la casa de Ana Frank me dí cuenta que esta casa también estaba torcida y el piso tenía un desnivel importante. Una sensación de mareo constante.
La plaza Dam es la principal de la ciudad. Dam significa “Dique” y se llama así porque es donde se construyó el primer dique sobre el río Amstel. Siguiendo la calle Dam llegué directamente al barrio rojo. La animación durante la noche es tremenda. Lleno de vitrinas con chicas ofreciendo sus servicios, y tiendas de oferta sexual completa: condonerías, juguetes eróticos, museo del sexo. Los lugares más conocidos son el Cabaret Casa Rosso que sirve espectáculos porno heterosexuales y lésbicos, y el Bananenbar donde las chicas sirven las bebidas muy ligeras de ropa. Las fotos no son muy bienvenidas y no sería nada raro que alguna chica abra la puerta y te lo recuerde: you idiot, stop shooting your camera! También en el barrio rojo te cruzás con muchos grupos de turistas buscando los famosos coffee shops. Cuando entrás a uno de ellos te presentan una carta que ofrece diversos tipos de marihuana de buena calidad en dosis de 1 o 5 gramos. Consumir fuera de los coffee shops es ilegal.
Las flores, y principalmente los tulipanes, están por todos lados. Hay un mercado enorme de flores donde podés comprar los bulbos de tulipanes y todo tipo de recuerdos para regalar. ¿Sabías que New York fue primero New Amsterdam? claro, hasta que los ingleses le dieron un shot en el trasero a los holandeses, sin embargo Haarlem es ahora Harlem y Breuckelen derivó en Brooklyn, ambas son localidades todavía existentes en Holanda.