Desde hace unos años viene sonando mucho el término “Hipster”. Como tantas otras palabras que suelen ponerse de moda, muchas veces les prestamos poca atención hasta que, cuando finalmente decidimos indagar en sus referentes y significados, nos damos cuenta que ha estado más arraigada a nuestra cotidianidad de lo que hubiéramos imaginado. Al tomar consciencia de esto entendemos muchas cosas de nuestra realidad.
El término “Hipster” define a una subcultura de jóvenes de clases media y alta que se caracterizan por buscar estilos de vida alternativos, alejados de las corrientes y tendencias predominantes. Tienen una serie de “gustos” particulares que se corresponden a una sensibilidad artística muy especial: son consumidores de cultura alternativa y conocen a la perfección las últimas tendencias independientes y de vanguardia en música, cine y artes en general. Son personas sofisticadas y cultas, que conviven con los diversos gustos del mundo de hoy a pesar de tener una visión propia de la vida.
Los Hipsters se caracterizan por rescatar ideas del pasado para descontextualizarlas, reinterpretarlas y aplicarlas a las tendencias actuales; en este sentido, son amantes de lo vintage y de dar un uso nuevo a lo antiguo. Paradójicamente, a pesar de esta nostalgia del pasado que los caracteriza, son personas apasionadas de la tecnología en todas sus manifestaciones: a nivel de equipos (iphones, ipods, Macs, etc.) y a nivel de actividad en internet, sobre todo en lo relacionado a redes sociales (tienen blogs, Twiter, Facebook, Instagram, etc.). Sus perfiles profesionales están relacionados al sector de las artes, las letras y la tecnología, profesiones que les permiten canalizar creativamente sus inquietudes intelectuales, como la fotografía, la música, las comunicaciones y las carreras humanistas en general.
Pero lo que más nos llama la atención sobre los Hipsters es su imagen personal: su look suele ser ecléctico, mezclando arbitrariamente ropa nueva con ropa reciclada, ecológica y vintage. Su sello característico son las gafas de pasta gruesa (Wayfarer), que les da un aire intelectual. Aman las remeras con mensajes irónicos o de apariencia gastada, las camisas de cuadros estilo leñador, los pantalones chupín, los vestidos románticos vintage o de segunda mano y las All Star. Suelen vestir con muchas capas de ropa, y usar bolsos cruzados estilo mensajero, del tamaño perfecto para llevar su Ipad o su portátil Mac. En cuanto al maquillaje se decantan por un look natural o de aire pin-up modernizado y su cabello suele ir “cuidadosamente desaliñado”. Estos estilos son a menudo asociados con el trabajo de los estilistas creativos, y son por lo general demasiado “nervioso” para el consumidor corriente.
Aunque los hipsters son técnicamente conformistas dentro de su propia subcultura, en comparación con el resto de la sociedad, son pioneros y líderes de las últimas tendencias y los ideales culturales y si bien no buscan marcar tendencia, ya que rechazan totalmente este fenómeno, el hecho es que se han vuelto una tendencia y un patrón a imitar en el mundo de la moda. Cada día es más común encontrar entre los perfiles profesionales de carácter intelectual del mundo de la moda a hombres y mujeres que “imitan” este estilo de vestir, y de alguna manera imitan también su forma de vida y valores. Resulta paradójico que en un sector donde el consumo, la imagen y lo “in” son pilares fundamentales, cada día más veamos bloggers, estilistas y diseñadores que reinterpretan el hipterismo y lo traducen en “código moda”, aplicándolo a su forma de vestir día a día. ¿Cómo lo hacen?, creando sus propios lineamientos, usando ropa nueva que parece usada, ropa vintage y de segunda mano mezclada con prendas o elementos de tendencia, apropiándose de los fetiches del Hipster pero con un toque chic, y en definitiva haciendo uso de las múltiples posibilidades que ofrece la moda actual, donde los elementos de épocas pasadas son cada vez más reinterpretados y actualizados.
En su artículo “Contracultura Hipster a lo largo de las décadas”, Zana Faulkner dice que “a menos que tengan alguna filosofía y política para introducir al mundo, su contribución puede morir.” Los hipsters están en peligro de que su movimiento pase a ser otra tendencia de moda.