Invierno íntegro, y una mañana invernal típica: álgida e insufrible. Sin embargo, llegado el mediodía, el cielo hace espacio entre nubes y deja al sol iluminar la ciudad. La gente mira por la ventana deseando terminar su jornada laboral para acercarse a la rambla y acaparar unos rayitos de sol, de calor. Desde la Plaza de La Armada (Virgilio) hasta la sede del Mercosur se extiende -casi ininterrumpidamente- la aglomeración de personas en la rambla. ¿Pero qué ocurre desde ahí hasta la escollera Sarandí? ¿Por qué estos sectores “rambleros” difieren tanto con respecto al aprovechamiento de este envidiable espacio de esparcimiento?
El grueso de los montevideanos tenemos un concepto que podría considerarse negativo sobre esa parte de la rambla. Cuando se piensa en el bajo de la Ciudad Vieja reina un prejuicio con un amplio espectro de sensaciones: desde orígenes, tradición y patrimonio hasta desolación, inseguridad y abandono. A pesar de su historia, los paseos turísticos generalmente le dan la espalda, hay una notable carencia de actividades sociales vinculadas a la zona y el atractivo arquitectónico/urbanístico es escaso o ignorado. ¿Cuántos conocen algo de esa historia? Existe un excelente archivo audiovisual del antiguo programa Inéditos televisado a principio de los 90 que ilustra parte de la construcción de esa rambla. La obra desde la escollera Sarandí hasta aproximadamente Plaza Mateo hacia finales de los 20’ trajo consigo cambios sustanciales en el espacio y composición de la zona. Proyectos de ensanches y eliminación de calles y terrenos expropiados fueron acciones, que además de conseguir superficie considerable para la obra, pretendían erradicar “el bajo”, el barrio de burdeles, cafés y casas de baile para contribuir a la revalorización de la zona. Esto provocó un gran desplazamiento de la población y posiblemente le quitó tradición y folklore a la zona, lo que se ha hecho muy difícil de recuperar. ¿Por qué se estancó el proyecto y no hubo posteriores proyectos reanimadores del espacio que contribuyan a la obra anterior?
Hace unos años el Municipio junto al estudio de urbanismo Ciudad en Construcción trabajan en pro de la recuperación de dicho sector. La plaza República Argentina fue transformada en un espacio multifuncional adquiriendo un rol estructurador y revitalizador del barrio. También de la mano de dicho estudio, se han logrado actividades de intercambio social y cultural como pintar el mural “Dique Mauá” y la realización de mobiliario urbano, entre otras actividades, con el objetivo de la integración social; niños y adolescentes con vecinos y artistas conjuntamente en una actitud activa a fin de mejorar el espacio urbano.
La rambla es un claro orgullo del uruguayo. Pero ¿esto no es acaso también rambla? ¿Qué hace que parezca una zona exclusiva para pacientes y solitarios pescadores? Existen tradiciones representadas en arquitectura y urbanismo que no deberían dejarse ir, pues cuando esto ocurre el barrio pierde identidad y la ciudad se fragmenta aún más. Ojalá que la actividad que realiza Ciudad en Construcción sea un comienzo de una certera revitalización del sector en la rambla Sur.
Fotos: Patricio Di Fini