Cuando las inquietudes de Warhol superaron su capacidad humana de creación, tuvo que recurrir a ayudantes para acometer su producción: fue entonces cuando nació la ya legendaria Factoría, uno de los primeros laboratorios de arte o art-labs. En ella, el extravagante artista americano reunió a su alrededor una impresentable corte de chalados con genio que construyeron uno de los imperios culturales más importantes de la segunda mitad del siglo. La Factoría no se limitó a los publicistas o pintores sino que cubrió todos los campos que interesaban al incomparable jefe.
Desde 1962 y durante los 25 años siguientes solo había un lugar por el que debías merodear si querías ser alguien en la vida social y bohemia de Nueva York: The Factory. Era un local-fusión: centro de arte, discoteca a tiempo completo, estudio de cine y fotografía y, sobre todo, refugio y sagrario del rey del pop art, Andy Warhol.
Ubicada hasta 1968 en la quinta planta del número 231 de la calle 47 Este en Manhattan y luego en el piso 33º de Union Square Oeste, cerca del club-restaurante Max’s Kansas City, si eras admitido en The Factory —es decir, si el caprichoso Warhol te daba el visto bueno— podías considerarte parte de la élite y la vanguardia.
Cuando a Warhol le empezó a interesar el cine, la Factoría se dedicó en cuerpo y alma a él, creando una especie de productora que llegó a tener sus peculiares estrellas como el sex symbol gay Joe Dallesandro o el transexual Candy Carline, que crearon la marca de fábrica de la Factoría. Una vez Warhol se cansaba de sus caprichos artísticos, éstos no desaparecían de la empresa sino que eran desarrollados por sus colaboradores. Cuando éste comenzó a colaborar con la Velvet Underground la Factoría abrió sus puertas a la música y completó su ya extenso catálogo de actividades.
La Factoría alcanzó su mayor fulgor en 1969 con la creación de la revista 1nterview que extendió las enseñanzas del apóstol de la modernidad y sus acólitos por todo el territorio americano, haciendo popular el estilo de vida del circo neoyorquino Underground. Cuando Warhol resultó tiroteado por una mujer histérica el futuro de la compañía pendió de un hilo, pero se demostró que la Factoría era lo suficientemente madura para continuar sin su líder durante un tiempo.
La Factoría siguió viva durante muchos años, hasta la muerte de su creador. Pasó muchas fases, pero simpre se mantuvo fiel a la filosofía que encarnó Warhol. Y se puede decir que todavía no ha muerto del todo, ya que lnterview todavía se edita. La semilla de Warhol se resiste a desaparecer.