EN LA SOLEDAD DEL TEATRO
Esta significa la segunda obra estrenada por este joven creador teatral, la cual fue premiada por Cofonte y por el Programa de Fortalecimiento de las Artes de la IMM. Conversamos acerca del proceso de trabajo y las motivaciones que encendieron la búsqueda.
LA RECONSTRUCCIÓN
C: Arrancamos a ensayar en el 2013, una obra que se llamaba “El solitario Juan” y era completamente diferente. Después se sumó Camila (Sanson) y pasó a llamarse “El Camino de Santiago”. Pero en junio (2014) les dije; “Muchachos a mí me parece que esta obra no es lo que yo quiero, así que les prometo que en base a lo que nosotros hemos trabajado voy a escribir una nueva”, y lo hice. Detroit contiene sedimentos de las otras. Los personajes vienen de la anterior y toda la base de ejercicios de búsqueda de personajes también. Fue un trabajo continuo donde se suma mucha información en el proceso. Después llegás acá y en contacto con el público cambia todo, es otro ejercicio.
Ellos son un grupo que se conoce mucho, se unió Florencia (Salvetto) en el 2013 al elenco, pero ellos ya se conocen de la Emad –grupo de egresados de la misma generación- y a su vez de “Las 8 horas”. Más allá de que se conocen, cada experimento es nuevo y a veces arrancamos a ensayar y se agarran unos temores, unos miedos, parece que no se conocieran.
¿QUÉ INVESTIGASTE ACÁ?
C: Terminé con un inicio, de empezar a ver qué es lo que quiero trabajar. Cómo romper e interactuar, sin romper la cuarta pared directamente, cómo me vinculo, sabiendo que el tercer ojo está presente, eso es lo que quiero trabajar de verdad. Con la emoción, la conexión, con el cuerpo sensible y abierto. Trabajé en las capas de personajes, el estar en cero, el clown (el entrar al vacío, al aquí y ahora).
CARLOS, ¿QUÉ PLAN- TASTE? (Crónica de un Director)
C: La dirección me apareció como necesidad y deseo, porque veía que como actor no tenía la ductilidad y me interesaba mejorar y para poder hacerlo quería ver cómo era dirigir a los demás. También, en la última muestra de la Emad, con Fabiana Fábregas dirigimos el segundo acto y ahí me picó, dije: “Qué interesante está esto”. Después, arranqué a escribir con Juan Ignacio (Fernández) “Las 8 horas” y después a ensayarla. Tenía una batería de ejercicios trabajados en la Emad, de las distintas escuelas, entre eso te vas armando tu propio librito. Inmediatamente después que salí de la Emad hice muchas obras, y llegó un momento que me cansó porque no me gustaba lo que hacía, me aburría y estaba cayendo en mirar mucho hacia afuera. Entonces dije: “Pará, qué es lo que querés decir”. En ese momento aparecieron las ganas de manifestarme. Que era en parte esa frustración, que como actor no estaba pudiendo decir lo que quería. Siento que empecé a entender cosas del actor. Recién empiezo a entender cosas ahora con el ejercicio, me motiva este rol, recién tengo la tierra, vamos a ver qué planto.
WHERE IS THE POINT?
C: En un momento cuando estábamos ensayando “El camino de Santiago” que era una reflexión sobre la vida burguesa, conecté con algo que me tocaba más, el miedo. El miedo de lo que viví de mi pasado. Y era la soledad… Miedo a la muerte y la soledad, quedarme solo, por eso elijo Detroit que es una ciudad abandonada. También me apasionan los lugares abandonados, como Chernobyl, me atraen y a su vez me viene esa cosa de decir “Uff… Todo se acaba”. Ese miedo a la muerte…
Cuando soñé con Detroit, lo primero que me vino era la casa de mi abuelo, se venía abajo, la gotera y el polvo… Y esa soledad de mi abuelo que se murió así en condiciones indecorosas me llevaron a conectar con la idea de “qué pasa si uno se muere en esa soledad…” y ahí hice el link.
APURATE QUE SE VA EL TREN (La autocrítica)
C: Soy consciente que me faltó tiempo de espacio creativo, de distensión, de decir vamos a jugar las cosas. Me dio miedo sentir que no llegaba. Y en realidad, en ese apuro, si los ponés a los actores a jugar y a olvidarse un rato de la obra, ganas más tiempo que yendo una y otra vez por los mismos caminos, por la repetición que los termina cansando. Si no tenés una motivación, el actor se la tiene que buscar constantemente porque no le estás ofreciendo una carnada para mantenerse e ir evolucionando en la construcción. Siento que tampoco lo logré plantear claramente, decir “muchachos esto es en cada ensayo una cuotita que vamos sumando”. Me vino el apuro de la soledad y el de las fechas. Sé hasta dónde fui, sé hasta dónde llegó y sé lo que tengo por delante para aprender, no quiero apuros.
“LET’S GET IT ON”
C: Pasamos del living de la casa de mi vieja, a la sala y todo cambió. Le vinieron los miedos a los actores, habíamos trabajado en cierta línea y cuando llegaron a la sala aparecieron los nervios e hicieron un retroceso que no lo podía entender. Ahora, los actores van conectando cada vez más.
Elenco: Luis Musetti, Florencia Salvetto, Camila Sanson y Federico Torrado. La primera temporada de Detroit fue en el Teatro Agadu. En setiembre será la gira por los barrios y a partir del 9 de octubre irá todos los viernes en Espacio Palermo (Isla de Flores 1631 esq. Minas).