¿Es difícil ser fotógrafo en Uruguay? Me refiero más que nada a que en países donde el mercado es más grande tal vez puedas hacer un trabajo y venderlo a un diario, revista…
Es difícil como supongo que es difícil ser médico, arquitecto, artista plástico, obrero. Con esto me refiero a que en la vida hay una cuota de suerte y hay mucho de sacrificarse por lo que uno cree y por lo que uno quiere. Soy de la teoría de que si uno desea algo tiene que darse por entero para ello y si bien algunas veces no sale, muchas veces sí, nadie tiene un 100% de efectividad. En otros países también es muy bravo levantar cabeza. Sí, hay muchos más medios y muchas más posibilidades pero también hay mucha más gente intentando lo mismo que vos. Todo es una cuestión de porcentajes. Podés pegar una buena foto que repercuta en el mundo pero también tenés que estar en el país indicado, frente al personaje indicado y si es guerra por ejemplo frente al conflicto indicado y que esté en auge en los medios ese año.
¿Sos de los que va con la cámara a todos lados o sólo cuándo vas a hacer un trabajo?
Sí, a todos lados voy con mi cámara. Si por casualidad me la olvido vuelvo a buscarla ya que me siento raro sin ella, como que puedo ver cosas o pueden suceder cosas y yo estoy desarmado.
Te gusta el fútbol y hasta llegaste a jugar en una selección uruguaya… contanos un poco esa historia.
Sí, hice todo el camino del fútbol pero no llegué. Por suerte me di cuenta a tiempo y a los 21 abandoné antes de que me abandonara el fútbol. En la selección jugué en 1986; yo jugaba en Peñarol, en la sexta, y me citaron para integrar la selección juvenil Uruguaya Sub16 que fue al Sudamericano en Perú.
Acabás de presentar tu sexto libro, “fútbol”…
Sí, aunque de autor es el cuarto, antes publiqué Imágenes Caminantes 2005, “Uruguayos” 2008, “Buitres, el cielo puede esperar” 2010 y “fútbol” 2014. Con “Boliches Montevideanos” y “90 vidas” que son los retratos de la comunidad israelita, serían seis.
Los libros usualmente son trabajos de muchos años, no?
Sí, de muchos. Un libro de autor es imposible construirlo rápidamente. Todos mis libros son producto de muchos años de elaboración de la temática, de maduración, de puesta a punto. En el caso de “Fútbol” llevo 7 años con el proyecto en la cabeza, es decir que a partir de ahí me puse, por decirlo figuradamente, un chip en mi cabeza para que cuando viera cosas relacionadas con el fútbol por la calle ir e intentar fotografiarlas. De esa manera iba generando mes a mes y año a año muchas imágenes que luego iban a ser incluidas o no en el libro dependiendo de la edición final. Aparte comencé a revisar mis archivos en busca de fútbol en mis fotos pasadas. Por eso en el libro la foto más vieja es de 1993, año en el que comenzaba a estudiar fotografía, y la última es de abril de 2014. Creo que un trabajo hecho con tiempo es respetado por el tiempo.
Estuve viendo en la web tus trabajos y hubo algunas cosas que me llamaron la atención. Una de ellas es la foto de Mujica arriba del ómnibus en 1998. ¿Cómo hiciste esa foto?
Trabajaba en Revista 3 y recibo la llamada, en fotografía, de que el entonces diputado Mujica iba a estar subiendo en los ómnibus como hombre sandwich promoviendo la convocatoria a un referéndum para derogar la Ley de Marco Regulatorio Energético que permitió a UTE hacer concesiones a privados para la distribución y transmisión de energía eléctrica. Concurro a 18 de julio y Eduardo Acevedo que es desde donde Mujica comenzaba su promoción y es ahí donde me subo con él y me bajo tres o cuatro paradas más adelante. No había ningún medio que yo recuerde, hoy eso con él sería impensado. Eso también nos habla de los momentos de los políticos y de las personas en general.
Fotografiaste a mucha gente conocida. Utópicamente hablando, ¿a quién te gustaría fotografiar?
Me hubiera gustado poder fotografiar a Lou Reed, es alguien a quien siempre admiré. A él sin dudas. Y al Maradona del 86 post mundial, post gol del siglo.
Otra cosa que me llamó la atención en la web fue que dentro del Portofolio uno de los temas es “Ipod/Instagram”. Siempre te imaginás a un fotógrafo con las mejores cámaras y terribles lentes, pero evidentemente los dispositivos más cotidianos están marcando una tendencia. ¿Qué pensás de esto? ¿Tiene menos valor una foto sacada con un celular o la cosa va por otro lado?
La cosa sin dudas que va por otro lado. Lo que diferencia a los millones de fotógrafos que hay por el mundo es su ojo, su visión, su cultura, su sensibilidad, quien más quien menos tienen las mismas cámaras. Lo más importante en fotografía es qué ves y cómo lo expresás. La foto vale por lo que dice y lo que cuenta y lo que nos hace sentir mas allá de con qué dispositivo fue sacada.
¿Cuál es tu estado mental más frecuente?
Pensando en proyectos futuros.
¿Con quién compartirías un banquete?
Daría años de mi vida por tener la posibilidad de que mi padre vuelva y comer un banquete junto a él y hablar durante ese tiempo que nos regalan y poder volver a abrazarlo fuerte.